Hasta los cojones del Señorito Miau

A mí la verdad es que ya me toca la moral el puto Señorito Miau. Sí, es verdad. No lo soporto más y me lo pienso cargar ahora mismo.

Estoy mortalmente cansado de escribir aquí las mismas chorradas todos los días. Historias estúpidas que no interesan a nadie. A mí desde luego este blog me parece una PUTA MIERDA; eso es lo que me parece.

Y sin embargo hay gente que está aquí todo el día pendiente del Señorito Miau y de lo que escribe. ¿No os parece eso algo demencial? Estar aquí todo el día con el click click y el click click sobre las Fresitas Salvajes de los cojones... Pues para que veáis amiguitos, la de tarados que hay aquí en la red; capaces de obsesionarse con unas letras en una pantalla, que no saben ni quién las escribe, ni de dónde vienen.

Y ahora os contaré toda la verdad sobre la persona que escribe detras del Señorito Miau:
Me llamo José Luis Hidalgo García, tengo 37 años y trabajo en la construcción. Me levanto a las cinco de la mañana todos los días para ir desde Fuentelarabia (en Toledo) a Madrid a trabajar a destajo en las Torres de la Ciudad Deportiva. Estoy cargando vigas con aluminosis todo el día lo que me ha provocado fuertes lumbalgias, porque es que no paramos; hasta nos defecamos los unos sobre los otros en el andamio pues no hay retretes allí y por no bajar ciento cuarenta y dos pisos se lo echamos al de abajo. Y creedme que cada vez que vengo del tajo con el mono azul lleno de excrementos y veo a un imbécil posteando aquí, me dan ganas de esnafrarlo contra una pared. Ya estoy hasta los cojones, coño. HASTA LOS COJONES.

De manera que mi consejo es que si os gusta esto de los blogs -que no deja de ser otra idiotez de las miles que hay en Internet; pero en fin- pues que os dediquéis a escribir aquí vuestras cosillas a modo de diario virtual, pero sin aspiraciones de que os lea mucha gente, porque básicamente a todos los desocupados y los filisteos que se conectan aquí lo que os haya ocurrido hoy en vuestra anodina vida es algo que NO LES INTERESA LO MÁS MÍNIMO, y sólo os visitan y os comentan para que luego vayáis vosotros a leer sus mierdablogs -también carentes por completo de interés-, entrando así en una dinámica de lo más absurda y estúpida. Así que lo mejor es que le paséis el enlace de vuestro weblog a vuestros amigos y a otra gente conocida; porque si vais publicitándolo por ahí lo único que conseguiréis es obtener una cantidad tremenda de comentarios gilipollescos de gente que ni se ha molestado en leer vuestro escrito o, como mucho, que un enfermo mental tipo Carlos se obsesione con vosotros.

Eso es lo que voy a hacer ahora. Abriré otro blog y será más en plan diario íntimo, donde relate mis cuitas personales del día a día, y cuya dirección sólo conocerán mis allegados. He dicho.